La flor más bella que existe,
la que siempre está florida,
sin depender de estaciones,
sin depender de los climas.
La flor que todos tenemos,
la flor que se nos regala,
al menos por algún tiempo,
desde ya antes de nacer,
para que la disfrutemos.
A esa flor que siempre está
para alegrarnos la vida,
para que reconozcamos
la verdadera belleza,
la verdadera pasión,
el sentimiento de pena
y el sentimiento de amor.
La verdad del sufrimiento
y de la dedicación.
Todos esos sentimientos
los vemos en esa flor.
La flor más bella que existe,
la que siempre está florida
y que sólo se marchita
cuando algún hijo la olvida.
La flor se llama «madre»,
y debemos apreciarla
pues en este mundo nuestro,
sin duda, es de lo que más vale.
30 de abril de 2017
Un gran poema Alberto, bello y con mucha razón. Yo perdí a mi madre va a hacer ahora un año, una pérdida de la que jamás me recuperaré del todo, ahora siempre en mi corazón. Un fuerte abrazo compañero.
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Gracias Carlos. Las madres nunca se van. Seguro que siempre permanecen. Nos dan la vida y son parte de nosotros. Siempre las recordamos. Un abrazo y ánimo.
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Gracias. Te sigo. Saludos.
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Hermoso, una madre esto todo, es como el universo entero 🙂 , te invito a que sigas mi blog, Saludos.
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Muy chulo, pues una madre es lo mas GRANDE que hay!!!!Saludos
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Sin duda. Date por felicitada, como madre que eres, para el domingo.
Felicidades para todos los días y un beso.
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Muy bonito, es conmovedor, entrañable.
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