Yo,
que siempre soñé encontrarte,
después de media vida buscando,
al final lo conseguí.
Luego,
no me preocupé en cuidarte,
abandoné mis anhelos,
y por eso te perdí.
Ahora,
vuelvo a soñar con tenerte,
con ser tu cómplice amante,
y sentirte junto a mí.
Además,
después de que te alejaras
y descubrir tu belleza
finalmente comprendí.
Por eso,
aprendí a quererte más que antes,
a no dejarme llevar, por el efímero goce;
a valorar lo importante,
y a mi vida compartir.
Y es que,
si se comparte la vida
con sus dudas y tropiezos,
con sus certezas y pasos
es más fácil de vivir.
2 de febrero de 2017