Diálogos (IV)

San Juan de Moral de la Reina

Mi incógnito personaje de sueño, otra vez vuelvo contigo. Creo que hace tiempo que no dialogamos, o lo que sea esto que hacemos.

-No hace tanto. Bueno quizá sí. El tiempo no es el mismo para ti que para mí. Lo que pasa es que no escribes todos nuestros diálogos, cuestión que entiendo porque no es fácil. A veces no los recuerdas, y a veces no sabes cómo expresar estas divagaciones. No llevamos un orden, no aplicamos un razonamiento “razonable”, y por eso es complicado. Pero, ya te he dicho más veces, no debes decaer, te vendrá bien escribir estas elucubraciones. Imaginar sin mucho fundamento, es parecido a hablar en estado ebrio. Se suelen sacar cosas que uno lleva dentro, y que en un estado sereno no se exteriorizan.

-A esto que dices, me permito añadir que, la edad también hace que la gente sienta menos temor a confesar sus pensamientos, sus ideas, sus actos. Todas esas cosas que antes no se atrevía a expresar, cuando piensa que el tiempo se le está acabando, pierde la vergüenza y se suelta. Pierde la vergüenza o el miedo. Se hace más valiente o quizá relativice las cosas. Yo creo, más bien, que esto último.

-Sin duda amigo. El tiempo hace que la gente aprenda.
Pero también te digo que mira que el tiempo se pasa y hay gente que no comprende.
¿Cuándo entenderán algunos que el disfrute de la vida es el disfrute del alma? ¿Cuando su vida se acabe? Y digo su vida, Alberto.
Cuando ven que lo que para ellos es la vida, su vida, se acaba, empiezan a comprender. Empiezan a preguntarse y dudan, dudan y se preguntan. Entonces es cuando, un poco al menos, entienden.
Entienden que su existencia ha estado llena de orgullo, a veces disimulado por causas nobles y honrosas.
Pero su vida se acaba, y sienten un infinito vacío.
La vida sigue sin ellos. No parará por su ausencia. Quizá, algunos, les echen de menos. Quizá, ni siquiera eso.
Ilusos y arrogantes ¿Pensaban que no morirían?

-Se suele decir que los hombres somos orgullosos, que es la naturaleza humana. Aunque, yo creo que no. Hay hombres que dedican su vida, dan su vida por otros hombres. Para que otros puedan vivir con dignidad, aunque eso les haga a ellos perder su vida.

-Sí, estás en lo cierto, salvo en una cosa, aunque creo que la diferencia es sólo tu expresión. La gente que vive ayudando, sonriendo a los demás, haciéndoles la vida más agradable, no pierden la vida. Viven y ganan la vida. Disfruta su alma, y hacen que disfrute el alma de todos con los que se encuentran, y eso amigo,  da un dominio pleno, infinito. Esos no morirán. El infinito vacío de los otros nunca lo sentirán.

9 de noviembre de 2016

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