La mitad de la alegría reside en hablar de ella, según un proverbio persa.
Los recuerdos se refuerzan al hablar de ellos y las penas posiblemente sean menores si se comentan, si se escriben. Escribir es un desahogo. Pero no solo eso.
Escribo porque me gusta. Y me alegraría mucho que con estos textos pudiera transmitir alguna emoción a aquellas personas que tengan a bien leerlos.
Y sobre todo, gracias. Gracias por dedicar algo de vuestro tiempo a leer alguno de los escritos de este blog.
Agosto 2014
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