… A mi amigo Javier Lorenzo
Hoy era tu cumpleaños.
Pero te fuiste.
Demasiado pronto, sin despedirnos,
sin avisar, sin sospecharlo.
Ya hace poco más de un año,
te fuiste.
Me pillaste compungido, lloroso.
Ahora, al pasar por Cánovas,
por el Pasaje, por Portu,
siento que me faltan risas.
Me acuerdo de nuestros momentos,
de reírnos sin parar,
del vacile a aquellas chicas,
del buen rollo y nada más.
Lo cierto es que nos divertíamos.
¡Pucela era tan especial!
Hoy veo a Valladolid más triste,
aunque quizá siga igual,
los Celtas aún sigan sonando,
y lo que pase es que yo
de repente sea más viejo
por faltarme tu amistad.
¡Cómo se pasa la vida!
Nunca podré olvidarme
del compañero de estudios,
del amigo que encontré,
del confidente leal.
¡Qué recuerdos! ¡Qué añoranzas!
Qué sonrisa me provoca
imaginarme tu cara
si leyeras unos versos,
si leyeras las estrofas,
que tenía preparadas,
pero sólo para ti.
Sin embargo,
siento que sigues conmigo,
que no te has ido del todo,
que quizá nos encontremos,
y reiremos como antes
degustando algún ribera
o clarete de Cigales.
Amigo Javi, mi amigo;
hoy he llorado por ti
y alegrado al recordarte.
ABG
4 de mayo de 2024