
Me acuerdo de ti cuando escribo.
Susurro tu nombre en algún verso.
Desahogo mi locura de juicio,
y así sosiego mi anhelo.
Alguna vez elucubro,
me pregunto qué habría sido,
dónde hubiésemos estado,
qué muros escalaríamos,
por qué no nos encontramos.
No obstante, no te vayas a creer,
no es por ti por quien compongo.
Ahora sentado, y en mi mesa,
delante de este teclado,
me doy cuenta de mi suerte,
de todo el sendero andado.
Solo pienso, alguna vez,
e imagino por descanso
un camino algo distinto
con otros posibles pasos.
Y al final me ratifico.
No me puedo arrepentir
de aquellos pasos ya dados.
Quizá, de los que no di.
20 de febrero de 2019
Muy bueno
Me gustaMe gusta
Gracias Pippo. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona