Interpreta e interpreta.
Sigue pensando y pensando,
que sólo tú eres el bueno,
y los demás malos, muy malos.
Júzgate alguna vez:
Quizá andes algo errado,
quizá no interpretes bien.
Los otros también lo sienten,
y pueden interpretar,
también equívocamente.
Tú no te sientes querido,
siempre piensas que te ofenden.
¿Es que crees que a los demás,
nunca molestan tus actos?
¿Por qué crees que eres perfecto,
y que los demás dan tanto asco?
Piensa objetivamente,
analiza sin prejuicios,
y perdona alguna vez.
Nadie es totalmente bueno,
pero tampoco tan malo.
Dales la oportunidad,
que hasta el más ruin se merece.
Sólo depende de ti.
Procuran ser buena gente,
aunque a veces se confundan.
Como todos interpretan.
Y por eso, quizá, hasta se molestan
y no se sientan queridos.
Algunos, sólo algunos, sois verdad,
el resto mienten y mienten.
Intenta un poco entender:
Lo importante es ser feliz.
Se merecen comprensión.
Es necesario sentir, y tener siempre presente
lo de la voz popular,
que sabiamente nos dice:
Nada es verdad ni mentira,
todo depende al final
del cristal con que se mira.
Que las cosas son así,
y hay que saber aceptar,
que la verdad, la mentira, el sentir, la pasión,
la humildad y la soberbia, la maldad, el amor
cada persona lo siente de manera algo distinta,
pero todos se merecen un respeto en esta dicha.
23 de junio de 2017
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