Si hubiera más de una vida
no querría que cambiara.
Si no puedes evocar
las vidas ya vividas,
las imágenes guardadas,
los sentimientos sentidos,
las pesadumbres pasadas.
¿Por qué cambiar de vivencia
que no puedes recordar,
que piensas,
que ha sido buena,
y crees,
no quisiste abandonar?
Pues por no ser un cobarde.
¿Cómo puedes comparar
las experiencias tenidas,
aún con hechos olvidados,
con la vida no vivida?
A todos nos convendría
vivir muchas experiencias,
tener unas pocas vidas.
Al menos, las suficientes,
pero eso sí, muy distintas,
para poder discernir
nuestra gran hipocresía.
29 de septiembre de 2016
Muy interesante, y muy real. Te felicito, tienes un don con la escritura.
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Gracias M Carmen por pasarte por el blog y comentar. Saludos.
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Muy buenas reflexiones. Alicia
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Gracias Alicia por tu comentario. Hay que pensar en la suerte que algunos tenemos de nacer donde nacemos. Otros les toca una vida totalmente distinta y desafortunada. A veces sin ninguna oportunidad.
Saludos.
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