Los lugares en donde uno ha estado y la gente con la que uno se ha relacionado aunque sea durante un breve espacio de tiempo, retienen parte de uno mismo y pasan a formar parte de ti, y volver a ellos o con ellos supone reencontrarse con parte de uno mismo.
Por supuesto que cada lugar por el que hemos pasado en nuestra vida habrá influido en hacer que seamos exactamente como somos. Por supuesto que no influirán de la misma manera, pero sí que en más o menos medida influyen. Todos recordamos detalles de nuestra vida ya pasados que en su día quizá no lo dimos una importancia como para pensar que después de años íbamos a recordar como recordamos.
También, y aunque de una forma infinitamente menor, cada uno de nosotros dejamos una huella en cada lugar y en cada persona con la que hemos tenido la suerte de encontrarnos o cruzarnos. Pero reitero lo dicho referente a esos pequeños detalles que recordamos de gente con la que a veces sin tener un contacto muy profundo, nos han dejado algún recuerdo especial, gente que sin dejar de ser gente a la que llamamos «gente corriente», ha conseguido enseñarnos o hacernos ver algo digno de recordar.
10 de octubre de 2014
Deja una respuesta