Despierta un nuevo día. Me miro en el espejo. Me paso mis manos por la cara. Nunca hasta hoy noté tanto mi madurez. Parece como que me hubiese despertado con mi recuerdo de veinte años atrás. Es curioso, te despiertas y de repente han pasado muchos años. Miras a tu alrededor. Reconoces tu casa, pero no es la que esperabas ver al despertar. Después de un rato piensas y aparecen tus recuerdos, tus andanzas. Tus padres, tus hermanos. Ahora estás en otro sitio. Sí en tu casa, pero … tu cuarto, tus cosas. Tu esposa, tus hijos. ¡Qué raro te parece todo! Estás cansado. Te has hecho mayor.
Han pasado los años. Recuerdas la emoción de muchos momentos con la que hoy es tu mujer. Ves a tus hijos y entonces comprendes lo mucho que has vivido. Recuerdas la alegria del día de su nacimiento. Recuerdas sus primeros pasos. Recuerdas sus primeros días de colegio y cómo protestaban por tener que ir. Recuerdas más de sus primeros años de su vida que de los tuyos.
Sí, te has hecho mayor, pero has tenido la suerte de vivir momentos con los que posiblemente soñabas hace veinte años.
Ahora te miras en el espejo y notas en tu cara el paso del tiempo, pero sabes que es un tiempo aprovechado. A pesar de algunos momentos tristes, debes agradecer haber cumplido muchos de tus sueños. Y seguir teniendo ilusiones, anhelos, esperanzas. Te das cuenta que, aunque haya cosas que cada vez te cansen más, hay muchas otras que te hacen seguir teniendo enormes ganas de vivir.
29 de mayo de 2016
La mirada del espejo siempre nos sorprende. Un abrazo.
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Siempre, aunque algunas veces nos hace pensar en cómo hemos cambiado, como decía la canción. Un abrazo María.
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Sí, y «que lejos ha quedado…»
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Totalmente cierta esta reflexión .Cuando nos damos cuenta del tiempo que hemos vivido y echamos la mirada atràs,vemos que hemos gastado media vida y casi sin enterarnos. Saludos.
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Eso es, pero hemos vivido. Gracias por comentar. Saludos.
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Profunda y certera reflexión, hay que tratar de evitar la rutina, agrego ya que es el peor enenmigo de nuestras vidas..abrazos
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Gracias por tu comentario. A veces te cansas de las cosas cotidianas y es porque cuando las tienes no las valoras. Perdemos la perspectiva. Un abrazo sincero.
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